Por: Andrés Goldstein y Gineska Torrealba
Uno de los episodios más interesantes en la historia de Rafael Vegas Sánchez se encuentra durante los años que sirvió como Ministro de Educación en el gobierno del último presidente gomecista que tuvo Venezuela, Isaías Medina Angarita.
La estancia de Rafael Vegas al frente de este ministerio fue decisiva para la transformación del sistema educativo del país, el cual se basaba en el modelo robinsoniano, sin especialidades en disciplinas científicas o humanísticas. Los alumnos eran evaluados por las universidades para obtener el título de bachiller, necesario para poder iniciar los estudios de tercer nivel
Tras los cambios en el sistema político nacional, iniciados en 1937, así como el crecimiento de la población debido a la migración de europeos que entraron al país por la Segunda Guerra Mundial y los efectos del progreso material resultante de la renta petrolera, se hizo evidente la necesidad de modernizar el régimen educativo venezolano, adaptándolo a las necesidades de una sociedad a las puertas del progreso.
Su nombramiento como Ministro de Educación, durante el régimen de Medina, es un verdadero hito de la transformación política del país. Este gobierno se diferenció de los dos anteriores por su marcada posición de apertura e integración de diversos sectores en el gobierno. Entre ellos, un joven como Rafael Vegas, quien era parte de la Generación del 28 que protagonizó las protestas contra el gobierno de Juan Vicente Gómez. Además de participar en la fallida invasión del Falke, de haber estado preso en la Rotunda y tener que salir del país para terminar sus estudios en medicina y psiquiatría, fue llamado para formar parte del Poder Ejecutivo en el Ministerio de Educación.
Vegas, quien pudo haberse negado a servir a un gobierno políticamente contrario a sus ideales, decidió asumir el deber que la República le llamaba a cumplir, sin importar ideologías políticas.
Los cambios que promovió Rafael Vegas como ministro consistieron en la primera reforma de la Ley de Educación de 1940. Su innovación más importante fue la creación de las menciones de Ciencias y Humanidades, con las cuales egresaron los estudiantes de bachillerato hasta el 2015.
Esta reforma fue muy importante por lo prolongado de su uso, ya que estas menciones estuvieron vigentes durante más de cincuenta años con sus debidas actualizaciones para incluir nuevos conocimientos en la formación de los ciudadanos venezolanos. Esto no solo habla de la visión de Rafael Vegas sobre la educación y sus perspectivas, sino que también es una muestra de la responsabilidad del servicio a la nación y la sociedad para su crecimiento. En esta reforma, se presentaron oportunidades para adaptar las nuevas ideas vigentes en la década de los cuarenta para innovar en la educación, adaptándola a las necesidades del pueblo venezolano.
Vegas, quien pudo haberse negado a servir a un gobierno políticamente contrario a sus ideales, decidió asumir el deber que la República le llamaba a cumplir, sin importar ideologías políticas.
Este es un ejemplo de servicio público a la nación: asumir el compromiso de transformar a la sociedad venezolana. Ignorando sus gustos políticos, Rafael Vegas asumió la tarea de generar los mecanismos necesarios para transformar la sociedad desde sus ideas y fundamentos de la cultura venezolana, que requerían un modelo de formación adaptado a los nuevos tiempos que marcaron la realidad del país posterior a la muerte de Gómez.
La responsabilidad era descubrir la manera acertada para servir correctamente a una nación que buscaba los medios del progreso, y que, en la visión de Rafael Vegas, la educación era la base necesaria para alcanzar las aspiraciones del pueblo venezolano. Al final, fue ese el impulso que lo llevó a crear el Colegio Santiago de León de Caracas.
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